El uso adecuado del frío y del calor es un aspecto importante en el tratamiento de las lesiones. Saber cuándo aplicar frío o calor puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación, mejorar la circulación sanguínea y favorecer la recuperación.
¿Para qué puede servir el frío en la recuperación deportiva?
En general, se recomienda el uso del frío en las primeras fases de una lesión, cuando hay inflamación y dolor agudo. El frío puede ayudar a reducir el flujo sanguíneo y a disminuir la hinchazón en la zona afectada. Algunas de las lesiones en las que se puede utilizar el frío son los esguinces, distensiones musculares, contusiones, tendinopatias y bursitis.
¿Y el calor?
El calor resulta ser muy útil en etapas más avanzadas de la recuperación, cuando se busca mejorar la circulación sanguínea y reducir la rigidez muscular.
El calor también es útil para aliviar el dolor muscular y mejorar la movilidad articular.
Algunas de las lesiones en las que se puede utilizar el calor son:
- Contracturas musculares.
- Lumbalgias crónicas.
- Dolor de cuello.
- Dolor de hombros.
¿Cuándo y cómo aplicar frío a una lesión?
Para aplicar frío, se puede utilizar hielo o una bolsa de gel frío, envuelta en una toalla para evitar quemaduras en la piel. Es recomendable aplicar frío durante 15 a 20 minutos cada 2 a 3 horas.
¿Cuándo y cómo aplicar calor en una lesión?
Para aplicar calor, se puede utilizar una bolsa de agua caliente o una manta eléctrica, en la zona afectada durante 10 a 15 minutos cada 2 a 3 horas.
Baños de contraste, ¿son efectivos?, ¿cuándo aplicarlos?
Los baños de contraste son una técnica que combina la aplicación de frío y calor. Se trata de una técnica que consiste en sumergir la zona afectada en agua caliente durante un cierto tiempo y luego en agua fría durante otro período, alternando entre ambos.
Son efectivos para reducir la inflamación y el dolor, mejorar la circulación sanguínea y favorecen la recuperación de lesiones musculares y articulares. Además, los cambios de temperatura tienen un efecto analgésico, lo que puede ayudar a reducir el dolor.
Contraindicaciones del uso del calor y del frío
Existen contraindicaciones para el uso de ambos, sobre todo para personas que tienen problemas de sensibilidad en la piel y para las personas que tienen problemas de circulación. También hay que evitar zonas con heridas abiertas.
El uso excesivo puede llegar a provocar quemaduras en la piel, por eso es preferible ponerlo varias veces al día en periodos cortos de tiempo.
En conclusión, el uso adecuado del frío y del calor es una herramienta efectiva para el tratamiento de las lesiones. Pero hay que tener en cuenta que el uso del frío suele ser en lesiones más agudas que cursen con inflamación y el uso del calor para lesiones más crónicas donde se pueda conseguir una relajación de la zona afectada.
