¿Alguna vez has padecido un dolor repentino que te deja prácticamente inmóvil? Si es así, es probable que ya sepas que has padecido un desgarro muscular. Este tipo de lesiones deportivas, habitualmente, tienen un origen multifactorial, ya que en la práctica deportiva influyen un gran número de componentes que, llegado el momento, pueden ser la combinación de la que resulte un desgarro muscular.

Cualquier deportista está expuesto a lesiones de este tipo, especialmente cuando se realizan sobreesfuerzos y sobrecargas de trabajo, en los que el cuerpo no es capaz de soportar la carga al que lo exponemos, derivando en lesiones.

En este artículo vamos a explicarte qué es un desgarro muscular, qué síntomas presenta y dónde puede producirse.

¿Qué es un desgarro muscular?

El desgarro muscular no es más que una rotura de las fibras musculares, las cuales pueden variar de gravedad según el caso. Estas roturas se producen cuando el músculo se tensa, o se estira, más de lo que es capaz de soportar.

Esta situación de sobretensión puede generarse en numerosos escenarios, como por ejemplo: agotamiento físico, posturas inadecuadas, exceso de actividad física y deportiva, o práctica inadecuada, tanto en técnica como en materiales empleados para la misma.

Tipos de desgarros

En cuanto a los tipos de desgarros que pueden producirse, se agrupan en tres tipos, dependiendo de su gravedad:

1. Leve. Su afectación se reduce al 5% de las fibras musculares del músculo.
2. Moderado. Varía del 5 al 25% de las fibras musculares y se acompaña de dolor y pérdida de la amplitud de movimiento.
3. Grave. Supera el porcentaje anterior, alcanzando el nivel de rotura. Provoca gran dolor e inflamación en la zona afectada.

¿Dónde puede producirse?

Aunque puedan producirse en cualquier grupo muscular de nuestro cuerpo, los desgarros musculares tienen a aparecer en una serie concreta de grupos musculares y zonas de nuestro cuerpo, siendo los más comunes los siguientes:

1. Espalda.
2. Piernas.

Síntomas de un desgarro muscular

Esta lesión tiene una aparición inmediata y el deportista sabe en el mismo instante que se ha producido el desgarro. El dolor es el primer síntoma, así como el más claro de que se ha producido el desgarro, además suele acompañarse de la reducción inmediata de la movilidad en el músculo afectado, reduciendo el rango de movilidad del grupo muscular y de la articulación.

Otro síntoma indicativo de la presencia del desgarro es la inflamación de la zona, la cual puede darse de manera inmediata o aparecer con el tiempo, además de la aparición de un hematoma en la zona afectada.

¿Cómo se cura un desgarro muscular?

Aunque la recuperación pueda realizarse con reposo, la mejor manera de recuperar tus músculos tras este tipo de lesiones, es acudir al fisioterapeuta. Aunque se trate de desgarros leves, deben tratarse por parte de un profesional, que aplique las terapias necesarias para tratar la lesión y favorecer una recuperación y rehabilitación del músculo.

Prevención

Debido a que su principal origen se encuentra en una práctica deportiva deficitaria, o excesiva, con el ajuste correcto de la misma, así como con calentamientos y vueltas a la calma adecuados, pueden prevenirse. Algunos consejos para su prevención son:

1. Realizar un calentamiento adecuado.
2. No forzar el músculo cuando esté frío.
3. Mantener una postura correcta durante la práctica deportiva.
4. Conocer los límites de tu cuerpo.
5. El dolor durante la práctica deportiva no es normal ni bueno, ¡para!
6. Utiliza el material adecuado y que esté en buenas condiciones.